"Un país sin instituciones no puede crecer, entendiendo por instituciones las normas, códigos, leyes y costumbres que regulan las relaciones entre los particulares y entre los particulares y el estado. Si esas instituciones son eficientes, es decir, permiten desarrollar la capacidad de innovación de la gente, desplegar la iniciativa privada atrayendo inversiones, entonces ese país tiene grandes posibilidades de entrar en una senda de crecimiento sostenido. A mayor riesgo institucional menores inversiones y, por lo tanto, menos crecimiento y bienestar de la población. Por el contrario, a menor riesgo institucional, llegan más inversiones, se crean más puestos de trabajo, aumenta la productividad y el salario real. El país entra en una senda de crecimiento y mayor bienestar para la población.
En definitiva, es la calidad de las instituciones que impera en un país la que definirá si ese país tiene un futuro de progreso, de estancamiento o de decadencia."
|